La palabra viene del vocablo náhuatl tamalli, y para los españoles era una especie de pan sabroso y delicado, hecho con la masa del maíz. Se usaba la masa del nixtamal (con la que se aprovechaban mejor los nutrientes y se facilitaba su digestión), se envolvían y cocían al vapor. Había tamales de todos tipos: enrollados, mezclados, redondos con salsa, rellenos, grandes rellenos con aves enteras, pequeños, blancos, muy blancos, colorados, etc.
Dice Sahagún: "Comían tamales de muchas maneras, unos son blancos, hechos no redondos ni bien cuadrados, tienen en lo alto un caracol que les pintan los frijoles con que están mezclados". Otros son blancos y muy delicados, en el estado de Michoacán se les llaman corundas. Otros tamales eran rojos porque después de hacer la masa, los ponían dos días al sol y al fuego, en Oaxaca los hacen en hoja de plátano.